17 febrero de 2020

La CAN y el Perú una apuesta por la integración subregional


La CAN y el Perú una apuesta por la integración subregional
INTRODUCCIÓN
Desde   el  proceso  de   emancipación que  caracterizó el final del  siglo  XVIII y las  primeras décadas del  siglo  XIX, la integración ha sido el ideario de los países de Latinoamérica.
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Los    pasos     más     concretos     se darán  más  adelante,  en   1960, mediante la conformación de la Asociación Latinoamericana de Integración   (ALALC), que    apuntaba a la consolidación de un área de libre comercio con miras a aprovechar las economías de escala, incrementar la competencia, atraer inversiones, así como reducir los costos de transacción y una mayor especialización productiva (Riveiro, 2005).  Si bien  esta iniciativa no progresó, sí constituyó un punto de partida para la génesis del proceso de integración subregional andino.
Esta   búsqueda   por   consolidar   un mecanismo   de  integración   regional que no solo involucre el comercio, sino que,  mejore la calidad de  vida  de  sus habitantes, lleva a Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú  a suscribir el Acuerdo  de  Cartagena, el 26 de  mayo de 1969.

Ante la salida de Chile (1972)  y la incorporación de  Venezuela  (1976),  la CAN se  constituyó en  el  instrumento idóneo para que sus miembros enfrenten los procesos de apertura comercial  en  los  que  se  vieron envueltos como bloque, como el ALCA1, las renovaciones del ATPDEA2 y el SGP PLUS3,  las  negociaciones  iniciales de los tratados de libre comercio Andino – EE.UU. y Andino – UE, que devinieron en negociaciones bilaterales.

El mismo proceso de implementación de los acuerdos de la Organización Mundial     del     Comercio  –    OMC, en     particular,     el     acuerdo    sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual (ADPIC), que  fue materializado en  la  Decisión 486  de la Comisión – Régimen Común  sobre Propiedad Industrial, fue fortaleciendo a la Comunidad Andina.

De la misma manera, el establecimiento del mecanismo de solución de controversias (a  través del  Protocolo de Cochabamba), al que tienen acceso directo los particulares que demuestren su legítimo interés ante la afectación de   sus   derechos   consagrados   en el Acuerdo  de Cartagena y demás normativa comunitaria, ha  formado la columna vertebral de la CAN.
En este sentido, corresponde resaltar que,  luego  de  50  años, el proceso de integración regional de  la CAN ha sabido estar acorde con el entorno global. A tal efecto, es relevante señalar que   la   CAN  ha   logrado  consolidar un mercado ampliado con una liberalización comercial de 100% entre sus   países   miembros, destacando un  mayor  comercio  intracomunitario de productos  manufactureros  de alto valor agregado.

Igualmente, se cuenta con un libre tránsito de personas y un ordenamiento jurídico    andino    supranacional    de obligatorio   cumplimiento    para   sus miembros, que constituye la piedra angular del referido acuerdo de integración subregional.


1  Área de Libre  Comercio de las Américas.
2    Preferencia  unilateral   otorgada   por   Estados   Unidos  para ciertos productos a través de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas para la Erradicación de las Drogas.
3 Sistema Generalizado de Preferencias Arancelarias de la Unión Europea.


LA CAN Y EL PERÚ UNA APUESTA POR LA INTEGRACIÓN SUBREGIONAL

“Para  nosotros la  Patria es  América”, es una de las frases más célebres del Libertador   Simón    Bolívar,    acuñada en  1814  (Punto de  Encuentro, 2013), que refleja el sentir de la integración andina y las  bases de  este esquema, que durante sus cinco décadas de existencia ha salido victoriosa de los desafíos  políticos  y  económicos,  y hoy se encuentra en un proceso de fortalecimiento institucional.

En    efecto,     desde   la    suscripción del  Acuerdo   de  Cartagena  el  26  de mayo  de  1969,  que  dio paso al Pacto Andino,  este esquema de  integración subregional supo afrontar los vaivenes de  la deuda externa que  afectó a  los países  de  América   Latina   durante la  década de  los  ochenta, hasta  las reformas estructurales de los noventa, que le han permitido consolidar su proceso  de  apertura  comercial.   En este marco, podemos decir que la CAN ha sabido estar acorde con el actual entorno global.

Así  las   cosas,  la   CAN  hoy   cuenta zona  de libre comercio consolidada, destacando el hecho de que el comercio intracomunitario, a diferencia de otros mercados de destino, es  de productos con alto valor agregado.

Hoy la Comunidad Andina, como  se  le conoce a partir del Protocolo de Trujillo de 1997, es un bloque  económico - comercial de más de 110 millones de habitantes con un nivel de producción nominal de  707  mil  millones de dólares4    y un ingreso per cápita de 13
467 dólares5.


4  Datos del Fondo Monetario Internacional al 2018.
5 Valor en Paridad de Poder Adquisitivo, fuente FMI al 2018.


1. EL PROCESO DE INTEGRACIÓN ANDINO

La     CAN    ha     recorrido    distintas etapas en estas cinco décadas de integración. En un  principio,  su  visión era de un crecimiento y desarrollo cerrado en lo comercial, propio  de los países influenciados por las ideas proteccionistas  tomando  como  base el modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) promovido  por   la   CEPAL, pero   con una importante  presencia política  en la región  (Secretaría General de la Comunidad Andina, 2017).

A  finales   de   1990,   en   un   contexto de  liberalización comercial  en  el mundo,  la  Comunidad  Andina   tomó otro   rumbo.   Los  países  miembros se encaminaron por un modelo de integración   económica  orientado hacia un  “regionalismo abierto”,  cuyo principal eje fue la apertura comercial. Este  nuevo  proyecto  de  integración fue planteado con la idea de ser complementario  al  diseño  inicial  de un mercado subregional consolidado (también llamado mercado “interno” ampliado). Dicha complementariedad involucró el perfeccionamiento de la integración subregional mediante un proceso  de  apertura  comercial  con el objetivo de insertarse al mundo de manera   competitiva  (González  Vigil,
2009).

Con ese  rumbo definido, los países miembros de  la CAN han  establecido objetivos, consagrados  en  el Acuerdo de   Cartagena,  que   apuntan  al desarrollo  de  una   agenda  interna, y que se destacará con la consolidación de  una  Zona  de  Libre Comercio para la   subregión  (Heller,   Pérez,   &   Roo, 2018);  y una  agenda externa de  tres lineamientos: mejorar la capacidad de competir  de los países andinos en el mercado internacional, fortalecer las acciones conjuntas hacia el exterior  y el establecimiento de una unidad latinoamericana (Zevallos Urquieta & González Vigil, 2011).

De esta manera, la  CAN apunta a promover el desarrollo equilibrado y armónico de los países miembros en condiciones   de    equidad,   mediante la integración y la cooperación económica y social; con miras en acelerar su crecimiento y la generación de ocupación y facilitar su participación en el proceso de integración  regional (Acuerdo  de Cartagena, Artículo 1).

Debemos añadir que,  los  objetivos antes     mencionados    buscan,    de la misma manera, atenuar la vulnerabilidad  externa   y   posicionar a los  países andinos en el contexto internacional, así como  fortalecer la solidaridad subregional y reducir la brecha  de  desarrollo  existente  entre sus miembros6.


6 Artículo 1 del Acuerdo de Cartagena, modificado mediante Decisión 563,  publicado en la Gaceta Oficial del Acuerdo de Cartagena el 1 de julio  2003.

2. EL PERÚ Y LA CAN

El 80%  de  lo  que  exporta el  Perú   a la CAN lo constituyen productos no tradicionales. El intercambio comercial del Perú con la CAN representa el 6.9% del total  del comercio peruano y el 3% del PIB.

Durante estas  cinco   décadas,  dicho comercio creció 232 veces, alcanzando en  el año  2018  los  6,264  millones de dólares. En aquel  período,  el mercado subregional andino ha significado para el Perú  la oportunidad de incrementar sus   exportaciones, las    cuales  han crecido 206 veces a una tasa promedio anual de 11%, mientras que las importaciones crecieron 247 veces a razón de 12% promedio anual.

Como  se  puede observar en el Gráfico 1, las  importaciones muestran mayor dinamismo   que    las    exportaciones, y durante estos 50  años, el  Perú  ha tenido  una balanza comercial negativa. Este resultado se explica por las mayores importaciones de  petróleo, principal insumo para  la industria peruana, que  ha llegado a representar el 51% del total importado desde la CAN en el 2018.
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Cabe precisar que la crisis financiera del 2009 también afectó el comercio peruano con los países andinos reduciendo sus niveles de exportaciones e importaciones, tanto en volumen como  en precios. Sin embargo, después del 2010 el comercio se recuperó alcanzando en el año 2012 los 6,755 millones de dólares, el mayor valor histórico.
 
Es durante el período 2013  - 2016  que el comercio se redujo a una tasa de 9% promedio anual, debido  principalmente a la caída de las importaciones de petróleo y las  menores exportaciones de manufacturas de plástico.

Por otro  lado, hay que  destacar que  el 87% de las exportaciones peruanas hacia la CAN son  de  bienes no tradicionales     como     manufacturas de  plástico (203  millones de  dólares) y alimentos para  langostinos (192 millones de  dólares). Cabe  mencionar que,  si  bien  las  manufacturas de plástico   presentaron   una   caída   a una   tasa  promedio anual  de   -3.2% durante los últimos 5 años; en el 2018, lograron una  importante recuperación, creciendo  en   16%.   Con   relación  al alimento para langostinos, es de destacar su crecimiento en 20% durante el último quinquenio.

Dentro de los productos no tradicionales, son los bienes agropecuarios y químicos los  de mayor  exportación, los  cuales han  llegado a representar el 50% del total exportado hacia la CAN en el año 2018.  (Ver Cuadro  1).
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Ecuador es el principal destino de nuestras       exportaciones,     siendo los alimentos para langostinos y camarones los  de mayor  valor.  Por su parte,  Colombia es  el principal destino de  las  exportaciones peruanas de alambre de cobre refinado,  y Bolivia el de exportaciones de barras de acero.

Por otro lado, aproximadamente el 8% de la importación del Perú desde el mundo proviene de la CAN, primordialmente de Ecuador (44%) seguido de Colombia (38%) y de  Bolivia  (18%). Ecuador  es el principal proveedor de petróleo, el cual  concentra el 76% de las  compras de este producto, así como  la totalidad de las  importaciones  de langostinos y cocinas. Por  su  parte,  Colombia provee  a Perú de azúcar, detergentes, polímeros, etc.  Finalmente, de  Bolivia se  importa todas  las  tortas de  soja, harina de habas y gas propano.

En cuanto al medio  que se  utiliza para el transporte de mercancías, resulta interesante  destacar  que   el  Perú,   a través del comercio transfronterizo terrestre, ha logrado exportar hacia los países andinos  más  de mil  millones de dólares e importar 515 millones de dólares, los  cuales equivalen al 47% y 13% del  total  exportado e  importado, respectivamente, hacia y desde la CAN. Como se puede apreciar en el Gráfico 2, el intercambio comercial por carretera ha tenido  un impacto positivo en la balanza comercial, entre  1993  y 2018,  a excepción del año  1995,  ha  sido  superavitaria alcanzando el último  año  565  millones de  dólares, siendo más dinámicas las exportaciones que  las  importaciones. Asimismo, debemos destacar  que  Bolivia es el principal destino de nuestras exportaciones por carretera (58%), seguido de Ecuador (36%) y Colombia (7%).
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2.1 La empresa peruana en la CAN

En  el  2018,  más de  1,500  empresas peruanas exportaron hacia la Comunidad Andina, las cuales fueron en su mayoría pequeñas y medianas. Estas empresas  pertenecen  principalmente del sector químico     (35%), metal mecánico (26%), agropecuario  (18%), textil (14%) y siderometalúrgico (12%). En este marco, el 87%  de las exportaciones peruanas  que   ingresó al mercado andino estuvo formado por bienes no tradicionales; donde el 18% representa  a  productos  de  mediana y alta  tecnología y cerca del 41% a bienes manufactureros de recursos naturales y baja  tecnología. De esta manera, la CAN representa para  las empresas exportadoras peruanas un mercado  atractivo   para  incursionar con productos novedosos y, sobretodo, de alto valor agregado.

Por  otro  lado,  el  mercado andino es relevante para  las empresas peruanas, en   particular   aquellas   que   inician su proceso de internacionalización, debido  a la cercanía geográfica y familiaridad cultural. En la investigación de  Zevallos Urquieta & González Vigil (2011)  se  destaca que  la exportación manufacturera no tradicional del Perú hacia las  CAN cumple con  el “efecto plataforma”, es decir, que la Comunidad Andina sirve como  base de aprendizaje y experiencia para  incursionar en mercados más grandes como Estados Unidos y la Unión Europea.

Estos resultados se condicen con la estrategia de internacionalización para las pymes, que el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo – MINCETUR ha elaborado, y que se halla plasmada en el Plan Estratégico Nacional Exportador 2025, instrumento de política comercial que ha establecido como uno de sus pilares el insertar en el mundo a la empresa peruana mediante la internacionalización.

En este marco, la CAN se presenta como la primera opción dentro del proceso de internacionalización de la empresa peruana, en especial de las mipymes, como un mercado ampliado ideal que le permite dar el primer paso para luego incursionar en mercados más desarrollados.

Bajo esta premisa, se hace necesario que el comercio intracomunitario se encuentre acompañado también de iniciativas de programas que incorporen nuevas tecnologías, así como de la reducción de barreras arancelarias innecesarias.
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Uno de  los  puntos más relevantes es que   la  CAN puede  generar  cadenas de valor en que las mipymes puedan desarrollarse y crecer, donde la armonización de la legislación nacional con miras a cumplir estándares técnicos y sanitarios acordes con la demanda del mercado internacional permitirán su inserción exitosa. La cadena del camarón y del langostino del Ecuador, por ejemplo,  inserta de manera exitosa a los productores peruanos de alimentos para estos crustáceos, y que explica  más de la quinta parte de  lo exportado a  dicho país.

La conectividad y la reducción de los costos logísticos de las exportaciones, el uso  de herramientas  tecnológicas y la simplificación de trámites administrativos  en todas las entidades involucradas en el comercio subregional permitirá  un  mejor  aprovechamiento de las oportunidades que brinda el mercado intracomunitario.

3. NUEVOS RETOS PARA LA CAN

Una relación de 50 años no es nada fácil de llevar, y el proceso de integración andina sabe bien de eso, pues ha tenido sus avances y retrocesos.

El 26  de  mayo  de  2019,  en  la ciudad de     Lima,    luego     de     ocho     años, se  llevó  en  forma  presencial  el Consejo Presidencial Andino. Nos enorgullecemos de haber conseguido la  realización de  esta  reunión de manera  exitosa, bajo   la  Presidencia Pro Témpore del Perú, pues brinda  una señal positiva para  el relanzamiento de la CAN.

En la Declaración Presidencial de Lima se destaca la fortaleza institucional de la CAN y ello se refleja en los diferentes órganos del Sistema Andino de Integración, cuyas funciones puntuales abarcan   desde   la   aprobación de normas comunitarias de carácter supranacional, a través de la Comisión de  la Comunidad Andina  y el Consejo de  Ministros de  Relaciones Exteriores (CAMRE), pasando por  asesoría en temas técnicos de carácter comercial y  de  interés de  la  CAN a  través de la   Secretaría  General   con   sede  en Lima  (órgano  que   también  vela  por el cumplimiento del ordenamiento jurídico  andino),  hasta la existencia de un Tribunal de Justicia Andino, formado por cuatro magistrados cuya función jurisdiccional  asegura el cumplimiento e interpretación uniforme de los compromisos asumidos por los países miembros. El Parlamento Andino, la Universidad Andina Simón  Bolívar, la Corporación Andina de Fomento, el Convenio Hipólito Unánue, entre otros órganos  del   SAI,  convergen  desde sus diferentes competencias en la búsqueda de mejorar el bienestar de nuestros pueblos.

Cabe mencionar que la Declaración Presidencial de  Lima resalta, además, los  logros de  la  CAN, entre   los  que podemos destacar:
• El mejoramiento  del nivel de vida en  la  subregión,  que   ha  registrado un importante crecimiento, multiplicándose   17    veces   desde
1969   hasta la  fecha;   llegándose a consolidar un ingreso nominal per cápita de 6.500 dólares.
•  La  consolidación  de   la  zona   de libre  comercio desde  el  2006.   Hoy las exportaciones intracomunitarias llegan  a 8 902 millones de dólares, presentando, además, un mayor dinamismo respecto al comercio con terceros países, así como el desarrollo de un mercado con valor agregado para manufacturas de media y alta tecnología.
• Cabe resaltar, asimismo, la mayor diversificación de las exportaciones intra-comunitarias, donde el 90% de éstas representaron 588 subpartidas NANDINA.
• La libre circulación  de ciudadanos andinos  sin   visado,   en   calidad  de turistas.
• Los programas de desarrollo en zonas fronterizas y los  diversos planes andinos de salud vigentes a la fecha.

Sin   embargo,  estos   logros  no   han sido     suficientes.    Conscientes    de la necesidad de que el ciudadano andino se  identifique más con  la CAN y, apuntando a la satisfacción de  sus necesidades, se  han  priorizado las áreas de movilidad de personas; el establecimiento de una agenda digital andina (que conlleve a la transformación digital,       conectividad,      innovación, y tecnologías de la información y comunicaciones); la digitalización de trámites; la interconexión energética entre  países andinos  y otros  países de  la  región;  la  facilitación   del comercio y el fortalecimiento  de la complementariedad comercial, entre otros.

La Declaración de Lima resalta también la necesidad de fortalecer a las pymes y Mipymes,  tema que  ha  sido  de gran interés para   el  Perú,  en  tanto dicho sector representa el 95% del total de las empresas del país.

Un   punto   adicional   a   resaltar   es que   la   CAN  no   es    solamente  un bloque  comercial. Por  este motivo,  la declaración  destaca  la relevancia de la educación para  la subregión, así como la inclusión  de las poblaciones vulnerables; la promoción de la igualdad de género y la participación activa de los pueblos indígenas y afrodescendientes en la integración andina; disponiendo además la discusión de políticas en común en materia de cultura, ciencia,  tecnología y  turismo, respetando  sobre  todo   la diversidad cultural de la región.

También debemos destacar  la aprobación de Decisiones comunitarias que apuntan a facilitar el transporte internacional de mercancías por carretera (Decisión 837 de la Comisión que   sustituye  a   la   Decisión  399)7; la armonización del comercio de productos  cosméticos  (Decisión 833 de la Comisión); y la suscripción del Acuerdo    de   Reconocimiento  Mutuo del Operador Económico Autorizado (que constituye un avance en temas de facilitación del comercio).

Sobre    este  punto,    es   de   destacar que    la   aprobación  de   la   Decisión 837   constituye  un   gran   logro   para la subregión, en tanto el 40% de las exportaciones          intracomunitarias se     realizan   por    modo     carretero. En el año 2017, las exportaciones internacionales por carretera entre los países  andinos alcanzaron alrededor de  los  4 mil millones de  dólares, 13% más que el año 2016.

En materia de inclusión social,  el compromiso asumido mediante la Decisión 845  del CAMRE que  aprueba el  “Plan   Quinquenal  Andino   (2019 – 2024) para  la Implementación de la Proclamación del Decenio Internacional de    los    Afrodescendientes”,   recoge políticas y programas de lucha contra el  racismo,  la  discriminación  racial, la  xenofobia  y  las   formas  conexas de intolerancia en contra de los afrodescendientes, teniendo en cuenta la situación particular de  las  mujeres, las niñas y los varones jóvenes 8.

Finalmente, cabe resaltar la aprobación de la Decisión 844 que establece la creación de un observatorio con miras a consolidar mecanismos de control frente a la contaminación de mercurio con miras a trabajar de manera más ardua por la conservación  ambiental y  la  reducción  de desigualdades  en la  región,  a  efectos de  consolidar un real desarrollo sostenible que permita erradicar el estado de situación de pobreza en el que  se  encuentra buena parte de la población de la CAN.


7  Aprobado el 29 de abril  de 2019 en el periodo 120 de Sesiones Ordinarias de la Comisión.
8 Punto 10 del Programa de actividades del Decenio Internacional para los Afrodescendientes.


CONCLUSIONES

Con  la  CAN, las  exportaciones intracomunitarias entre  Perú, Bolivia, Colombia y Ecuador son muy dinámicas, diversificadas y con  valor agregado, lo que  permite a  las  Mipymes peruanas dar su primer paso en el proceso de internacionalización.

La  CAN ha  demostrado  ser,  en  sus 50 años de vigencia,  un proceso de integración  económica  dinámico  que se adapta al contexto mundial. En este marco, la CAN ha  venido  funcionando como  una  plataforma de aprendizaje para  las  pequeñas  y  medianas empresas exportadoras, las  cuales buscan especializarse para  acceder a mercados más grandes como Estados Unidos  y la Unión Europea,  principales socios comerciales.

Finalmente,  el  ordenamiento  jurídico de   la  CAN es   la  base  institucional del  proceso   de  integración   andino que brinda seguridad jurídica por su carácter supranacional y de aplicación inmediata por parte de sus miembros. Estás normas buscan dinamizar el comercio entre los países andinos y facilitar los trámites en el comercio exterior.

En ese  sentido, el Perú está comprometido  a seguir  fortaleciendo la Comunidad Andina, siendo la Declaración  de   Lima  el  instrumento que establece la hoja de ruta a seguir para   el  trabajo  que   viene.   Por   esta razón, estamos convencidos que es un proceso de integración que beneficia a los habitantes de los países miembros.

BIBLIOGRAFÍA


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Heller V., Pérez M., y Roo E. (2018) ¿Es la Alianza  del  Pacífico una  estrategia de integración comercial efectiva para posicionarse en América Latina y consolidarse frente  al Asia-Pacífico? Una visión  desde el Perú.  Revista Encrucijada Americana ·  Año  10  N°1 2018.

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